martes, 20 de septiembre de 2011

El misterio de la ballena azul XVI

Miré a la pequeña Natrushka, tenía un vestido rosa con blanco, su cabello era rizado y de color rojo, de su rostro sonriente se percibían pequeños lunares sobre sus mejillas. Sus manos aún sostenían el extraño globo, a lo que pregunté con curiosidad, mientras me colocaba a su altura.: -¿Por qué tienes ese globo? Ella, con ligera desolación en su voz, contestó- Es el globo del amor. Un regalo de mi abuela poco antes de su muerte. Se dice que quién lo aporta traerá bienestar a las parejas, se podría decir que el portador es una especie de cúpido. Quedé pensativo por unos minutos, recordando las reflexiones de un antiguo chamán de origen francés. “A veces el humano necesita de un guía para encontrar el verdadero amor. Así tenga que ser las nubes del cielo, una puesta de sol, o inclusive una lágrima. Todos fuimos creados con ese don. Descubrirlo… he ahí el misterio.” Cuando en ello la niña volteó y miró a la ballena reposando sobre el cuarto. -¡Una ballena!... -profesó con alegría, como si hubiese sido el primer día en observar tal criatura a tan corta distancia. Sus pasos se dirigieron hasta donde se encontraba. Con una mano comenzó a acariciar su cuerpo húmedo. La ballena en cambio, solo se mostraba quieta y apacible. -¡Que linda es! ….¡y tiene ojos de color!... ¿cómo se llama?. –añadió la pequeña con una mirada de interés- Un pequeño silencio nos cubrió con disimulo, cuando indeliberadamente contesté: -Kajara. La niña soltó el globo.

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